La batalla de Anghiari era una pintura de Leonardo da Vinci, del 1503 y ya situada en el Salón de los quinientos de Palacio Viejo en Florencia. A causa de la inadecuación de la técnica el pintado fue abandonado inacabado y mutilo; aproximadamente sesenta años después la decoración del salón fue repetida por Giorgio Vasari, no se sabe si destruyendo los fragmentos de Leonardo o ocultando bajo un nuevo mortero o una nueva pared: los sabios hasta ahora realizados no han disuelto el misterio. El Salón de los quinientos de Palacio Viejo, que era la sala del mayor Consejo de la República de Florencia, es el más grande salón para la gestión del poder nunca realizada en Italia. Hoy es largo 54 metros y alta 18, pero a los tiempos de Leonardo era muy diferente: era más espartano y menos decorado. Fue el Vasari a transformarla a petición de Cosimo I de los Médicos: para acentuar la imponencia de la sala, la acortò y la elevò de bien 7 metros, por consejo del anciano Michelangelo. En alto hizo alcanzar el techo dorado a aparadores sobre el que se vislumbra el triunfo de Cosimo, el nuevo soberano de Florencia, y la sumisión de la ciudad y de los barrios. A los lados ofreció seis frescos, símbolo de la potencia de los médicos: por una parte, la toma de Siena y por otra, la derrota de Pisa. Por supuesto, todas estas modificaciones podrían haber destruido el obra maestra de Leonardo, pero también es cierto que el Vasari tenía una gran admiración por Leonardo y que no habría osado destruir una su obra. Es lógico suponer que Vasari haya intentado, de algún modo, de mantener el pintado, quizás recubriéndolo. Mediante sondeos exploratorios se ha notado que sobre la pared oeste, aquella que representa la derrota de los Pisanos, un tiempo debían haber cuatro enormes ventanas, hoy paredes: Leonardo no podía haber pintado sobre esta pared, dadas las dimensiones, sino más bien sobre la parte oriental donde, en cambio, las aberturas eran sólo dos. Últimamente a Florencia ha estallado la polémica por la decisión de iniciar los trabajos para devolver a la luz el trabajo de Leonardo. La decisión ha derivado la oposición de 35 académicos, intelectuales y históricos del arte que han solicitado la interrupción de las investigaciones de la batalla de Anghiari de Leonardo da Vinci en un llamamiento al alcalde de Florencia Matteo Renzi y a la responsable del control Cristina Acidini Luchinat; ellos piden la creación de un "Observatorio tercer». Objeto de la polémica es el sondeo de la batalla de Scannagallo, que implica algunas pinchazos en la pintura de Giorgio Vasari. Según el equipo directa del ingeniero máximo Seracini, detrás del Vasari se esconden los restos o las huellas de la obra de Leonardo. También restos de huevo encontrado durante las investigaciones de la batalla de Anghiari: los comentarios realizados mediante una sonda incluido en el interior del fresco del Vasari han llevado al descubrimiento de algunos pigmentos que probablemente son de material orgánico, quizás huevo. Por ahora, como se hizo conocido, no ha sido afectada en modo alguno la pintura del Vasari también si las polémicas no reparan a detenerse.
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