viernes, 4 de noviembre de 2011

El Big Bang del alcalde Matteo Renzi en escena en Florencia

Fue un fin de semana políticamente interesante para Florencia: a la estación Leopolda  ha ido en escena el Big Bang, manifestación promovida por el alcalde Matteo Renzi. El alcalde se ha puesto como objetivo la renovación de la clase política italiana, promoviendo la entrada de los jóvenes la escena política y deseando un relevo generacional; recambio que parece ser fundamental para un país como Italia, gobernado por una clase política con una media de edad muy alta. La manifestación de la Leopolda ha comenzado el viernes por la noche y ha terminado el domingo a las 13. En la tribuna se sucedieron diferentes personajes, por los políticos a los escritores pasando por los economistas, que han tenido cinco minutos a disposición para su intervención. Las intervenciones debían desarrollarse a partir de una provocación, sugerida por el alcalde Renzi: cada uno tenía que describir en el tiempo disponible lo que querría hacer si tuviera la posibilidad de estar en Palazzo Chigi a gobernar Italia, sin utilizar un lenguaje político o proponiendo proyectos utopía, pero partiendo del concreto, por los que son realmente los problemas de los ciudadanos italianos. El acontecimiento haya sido seguido de un gran número de personas: además 10.000 fueron los presentes en la sala y 200.000 fueron los contactos únicos en red. Todos los presentes, aquellos en red y aquellos en la sala, han podido interactuar en Facebook y sobre Twitter y sugerir, impugnar, proponer, apreciar lo que el premier pro tempore proponía. El Big Bang ha tenido un eco importante en toda Italia, desencadenando comentarios tanto de aprobación tanto de plena condena, por parte de la mayoría y la oposición. En efecto, no han faltado las críticas ni siquiera por algunas corrientes del Partido Democrático, partido al que pertenece el alcalde Renzi, preocupadas por el espíritu de renovación propuesto por Renzi. El acontecimiento de la Leopolda ha sido muy importante porque ha demostrado que el pueblo italiano pide más a su clase dirigente y que es posible que los jóvenes puedan entremos en el escenario político y a cambiar la suerte de un país cada vez más en crisis.